21 de abril de 2014

Balneario de Széchenyi - Budapest

Budapest nos sorprendió porque es de esos lugares a los que vas sin esperar demasiado.
Hay muchas cosas que podríamos contaros, pero en vuestra visita a la ciudad debéis visitar alguno de sus balnearios. Széchenyi es nuestro preferido; enclavado además en una zona idílica junto a monumentos, pistas de patinaje  y un castillo de ensueño.

#Vídeo de La Aventura de Juls en los Baños de Szechenyi.



En nuestro viaje planificado para Junio (podéis ver el post en la sección Junio), las entradas al balneario de Széchenyi están incluidas.
Se abrió en 1881, sufriendo multitud de renovaciones hasta hoy en día.
Cuenta con 15 piscinas, 12 interiores y 3 al aire libre. Espectaculares! Además de recintos de sauna y masajes, vestuarios colectivos e individuales, taquillas, secadores de pelo, horario extenso y una limpieza más que destacable.







En la parte interior nos encontramos con piscinas a distinta temperatura,  de diferentes tamaños, desperdigadas por todo el edificio.  Todas las zonas cuentan con bancos para dejar toallas, chanclas y demás.


Sin duda, la parte exterior es la que impresiona. Tres piscinas a 37º, con una temperatura exterior que ronda los 0º, dependiendo de la temporada y la hora en que visitemos Széchenyi.

Tableros de ajedrez dentro de las piscinas, una zona de jacuzzi y otra de corrientes…

Es increíble la arquitectura del lugar, la iluminación cuando cae la tarde y se oscurece la ciudad, el frío exterior y el contraste con lo a gusto que se está dentro del agua... Y la niebla que genera el choque de ambas temperaturas, que le da ese toque fascinante al lugar.


Abren hasta tarde y os recomendamos disfrutarlo con tiempo, pero siempre pudiendo aprovechar la zona exterior cuando el sol haya caído.

No temáis a correr en bañador por el recinto descubierto hasta llegar a las piscinas. El frío es horroroso, sí, pero cuando entramos en contacto con el agua, comienza la Magia.

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