14 de octubre de 2015

Curiosidades de Auschwitz

Siguiendo con nuestra sección de cuestiones curiosas de la historia, hoy vamos a contar algunas de las cosas menos conocidas de Auschwitz, al menos para el gran público.

¿Hasta dónde puede llegar el ser humano?
            Como ya os contamos, en nuestro viaje a Cracovia tuvimos la suerte de hacer la visita al campo con un guía que, además de hablar español, sabía multitud de anécdotas por su contacto con algunos supervivientes. Bueno, pues durante el recorrido nos contó cómo los nazis trataban a los judíos.


            Una de las estancias más desagradables de la visita era lo que fue llamada "la cárcel dentro de la cárcel". Allí, en un barracón que aún sigue en pie, había varias salas de tortura preparadas para escarmentar a aquel que se dignase a desafiar las órdenes de los oficiales. Desde luego estar allí dentro era una sensación bastante incómoda. Una de las salas era la dedicada para introducir a los presos díscolos y mantenerlos con un hilo de vida, para alargar el sufrimiento lo más posible, dando la comida justa para pasar el mayor dolor posible pero sin morir rápidamente. Otra sala, casi peor que la anterior, tenía el cometido de asfixiar a los presos. No, no era una asfixia plácida. En un habitáculo como una cabina de teléfono se introducía a tres o cuatro personas, con una minúscula rendija para respirar, para que fueran muriendo lenta y dolorosamente.

Zona de Selección entre aptos/no aptos
            Llama la atención la precisión macabra de los médicos alemanes que allí trabajaban. Al seleccionar a la gente apta para el trabajo se establecía para ellos un régimen de comidas que permitiera que pudieran trabajar seis meses y luego fallecieran de “muerte natural”. Porque sí, en Auschwitz, no se mataba a nadie, al menos oficialmente. La gente que llegaba e iba directamente a la cámara de gas nunca quedaba registrada y los que eran seleccionados como mano de obra morían de muerte natural. Con la comida justa, el frío atroz y el maltrato, lo antinatural sería no morir. Así, al hilo de lo que contábamos al principio, en seis meses los prisioneros morían. La mayoría de fotos de presos que se pueden ver por el campo demuestran la precisión alemana al servicio de la maldad más absoluta.


            Otro tema que pone los pelos de punta son los barracones. Allí, en establos (muchos barracones fueron construidos con material de establos traídos de Alemania) se hacinaban cientos de personas. La gente dormía en camas, mínimo de dos en dos. Entre el frío, las enfermedades y el agotamiento ya podemos imaginar las condiciones. De hecho nos contaron que mucha gente moría por aplastamiento, pues las tablas de madera de las camas (eran tipo literas) se partían y la gente se precipitaba sobre sus vecinos de abajo.

Barracón - dormitorio

            Son solo unas pocas historias de la matanza que allí se llevó a cabo, pero hay muchas más, como ajusticiamientos masivos en la horca a modo de advertencia, recuentos en plena noche a muchos grados bajo cero y sin un techo que resguardarse, castigos ejemplares a todo el barracón cada vez que alguien huía…

¿Por qué iban allí los alemanes?

           Seguramente muchos os preguntaréis qué llevaba a los alemanes a trabajar allí. Sí, puede que la ideología para algunos fuera motivo suficiente, pero cuesta creer que haya tantos médicos, soldados o personal administrativo que se dejara guiar solo por cuestiones ideológicas. Para nuestro guía la respuesta era clara: egoísmo puro y duro.
Podemos imaginar que en la época de la guerra la vida en Alemania no debía ser fácil. Escasez de alimentos, bombas que venían por varios frentes, falta de trabajo… La opción para muchos era ir al frente a combatir o, la opción más fácil, trabajar en un campo de concentración. Si lo analizamos bien, era el lugar perfecto para los trabajadores. Buenas condiciones económicas, lejos del frente, lejos de Alemania… Duro pero real. Mientras los prisioneros vivían como animales, los trabajadores del campo tenían una existencia mejor que la de sus otros compatriotas alemanes.

Si vamos al campo, todavía podemos ver las casas de algunos de los oficiales. Esos mismos oficiales se quejaron a los jefes del campo porque no podían hacer barbacoas, pues el olor les recordaba mucho al que salía de los crematorios. La solución era alejar los hornos a Birkenau 2. Oír para creer.

Ah, Rudolf Höss, comandante del campo, era uno de los que tenían una mejor casa. Allí, entre la enfermería y la cámara de gas podía descansar tranquilamente. Años más tarde, allí, con las vistas de su jardín a la espalda le construyeron una horca a medida para que pudiera descansar definitivamente donde le corresponda descansar a los nazis. Hoy en día sigue en pie esa horca.




¿Por qué en su huida los nazis destruyeron las cámaras de gas?

Todo el mundo sabe que los nazis en su huida destruyeron las cámaras de gas y los crematorios de Birkenau 2. Hay mil teorías circulando al respecto, siendo la ocultación de pruebas la explicación más extendida. Todo esto chirría un poco. ¿Cómo van a pretender ocultar aquella aberración destruyendo los crematorios pero dejando en pie todo lo demás? Es inviable.
La explicación que parece más adecuada es otra. Los alemanes, acorralados, vieron que el enemigo ruso estaba a las puertas. Lo primero que pensaron es que allí mismo tenían su juicio y su condena. Con las cámaras a mano los rusos solo tendrían que ir metiendo nazi por nazi dentro para ajustar cuentas con la historia. Los alemanes, que tontos no eran, no quisieron dejarlo tan a mano.


Hemos querido describir algunas cosas del campo de concentración más conocido de la historia que mucha gente desconoce. Con estos acercamientos a la historia podremos entender mejor lo que allí sucedió cuando tengamos la suerte de visitarlo.
En otro post os contaremos las historias de algunos de los más famosos personajes que pasaron por el campo.



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Restos Cámara de Gas Birkenau 2

2 comentarios:

  1. Genial !!! Me gusto mucho tu relato, el 3 de Julio voy a Cracovia y ya he reservado las entradas para el cinco, mientras voy leyendo para que una vez alli me sea mas facil entender lo que paso y donde, un saludo.

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    1. Pedro! No se porqué no habíamos visto tu mensaje... Qué alegría que vayas a ir; espero que lo disfrutes mucho porque merece la pena en muchos sentidos. Gracias por leernos, nos hace muchísima ilusión :)

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