Resumen de dudas que solventamos:
Cruzamos la frontera hacia Jordania a pie...
Sí, después de cruzar un desierto Israel en un autobús con ¡wifi!, un trayecto de casi 5hs, nos bajamos en la penúltima parada y recorrimos 1km a pie hasta llegar al puesto de control. Tenéis que coger el bus que va desde la estación de bus de Jerusalén a Eilat, si es que venís del país vecino.
- Sí se puede cruzar la frontera de Israel a Jordania a pie
- Salida de Israel: 20€ aprox.
- Entrada a Jordania: Gratuita
- Buceo ideal para aficionados - Haciendo snorkel sí se ven corales y peces de colores prácticamente en la orilla.
- Los Jordanos no intimidan a las turistas en la playa, pero evidentemente sí se fijan en ellas.
Cruzamos la frontera hacia Jordania a pie...
Sí, después de cruzar un desierto Israel en un autobús con ¡wifi!, un trayecto de casi 5hs, nos bajamos en la penúltima parada y recorrimos 1km a pie hasta llegar al puesto de control. Tenéis que coger el bus que va desde la estación de bus de Jerusalén a Eilat, si es que venís del país vecino.
Este billete se compra en la misma estación, unos 16€ por persona y no tienen descuentos de estudiantes. Hay varios horarios hasta mediodía.
Al llegar a la frontera parecía que estábamos en mitad de la nada y éramos de hecho los únicos transeúntes por la zona.
103NIS (20€ por persona) es lo que pagamos para salir de Israel. El pago puede hacerse en efectivo, tarjeta o combinando ambas cosas. Aunque el paso fronterizo estaba desolado, había baños, cafetería y casa de cambio.
Tras pasar dos controles de pasaporte con policías muy amables cruzamos al lado Jordano. El visado jordano, que te lo dan ahí mismo, es gratis, y por entrar en su territorio no cobran absolutamente nada.
Ahora que lo pienso... fue ya en ese momento cuando los jordanos comenzaron a convertirse en nuestros favoritos.
Al cruzar la frontera hay una parada de taxis con precio fijo (podréis ver los carteles). Intentarán negociar un precio más alto, pero nada escandaloso, y siempre refiriéndose a un punto concreto, subida de gasolina, etc.
Para llegar desde Aqaba a South Beach, donde estaba nuestro hotel (unos 10km), un encargado de una oficina nos llevó en su coche, contándonos cómo se vivía allí, qué hacían y de dónde era. Su DNI de Arabia Saudí, con su foto, es una de las imágenes que más recordamos.
Nuestro alojamiento, Al Hussein Hostel Aqaba, estaba bastante desolado. Nos cobraron menos del precio de la reserva, pero aún así, fuera de temporada no lo recomendamos porque no tiene absolutamente nada.
Sin embargo, andando unos 10', junto a la playa, se encuentra el centro de visitantes, y hacia la izquierda de nuestro hotel, tambien a 10', una zona con hoteles modestos pero con encanto hechos para turistas, eso sí, nada colapsado, suponemos por las fechas que eran.
En Bedouin Garden Village se desvivieron por nosotros y eso que no éramos sus inquilinos. Sus precios eran muy asequibles, comíamos por unos 10-12€ dos personas (tabbouleh, fattoush, hummus...), tomábamos el famoso café jordano, negro y arenoso...
Comimos y cenamos allí los dos días que pasamos en Aqaba, nos alquilaron el equipo de snorkel por 5€ cada uno, nos invitaron a sus fiestas, a su piscina, nos buscaron transporte a Wadi Rum...
Aqaba es como el típico lugar de costa española fuera de temporada, eso sí, con unas aguas cristalinas increíbles que te permiten bucear y encontrarte de lleno, a escasos metros de la orilla, con peces de colores y corales que rozas si no tienes cuidado. Y tenlo, porque 15 días después yo seguía dale que te pego echándome cremas para acabar con el escozor!
Allí todo el mundo es amigo tuyo desde el minuto cero, y sin ninguna pretensión. Aunque días más tarde descubrimos que eso es así en toda Jordania. Todos ayudan y todos preguntan y charlan, todos quieren saber cómo se vive en Europa y todos nos admiran.
Aqaba no es un lugar fantástico con mil cosas para hacer o visitar, sin embargo es ideal para desconectar. Fue una bienvenida increíble que hizo enamorarnos sin duda de los jordanos.
Hoy, un año y medio después, nos queda charlar con Roni de vez en cuando por facebook, un camarero de Bangladesh a quien conocimos allí, y a quien nos hubiéramos traído con nosotros a España!
Volveremos!
Al llegar a la frontera parecía que estábamos en mitad de la nada y éramos de hecho los únicos transeúntes por la zona.
103NIS (20€ por persona) es lo que pagamos para salir de Israel. El pago puede hacerse en efectivo, tarjeta o combinando ambas cosas. Aunque el paso fronterizo estaba desolado, había baños, cafetería y casa de cambio.
Tras pasar dos controles de pasaporte con policías muy amables cruzamos al lado Jordano. El visado jordano, que te lo dan ahí mismo, es gratis, y por entrar en su territorio no cobran absolutamente nada.
Ahora que lo pienso... fue ya en ese momento cuando los jordanos comenzaron a convertirse en nuestros favoritos.
Al cruzar la frontera hay una parada de taxis con precio fijo (podréis ver los carteles). Intentarán negociar un precio más alto, pero nada escandaloso, y siempre refiriéndose a un punto concreto, subida de gasolina, etc.
Para llegar desde Aqaba a South Beach, donde estaba nuestro hotel (unos 10km), un encargado de una oficina nos llevó en su coche, contándonos cómo se vivía allí, qué hacían y de dónde era. Su DNI de Arabia Saudí, con su foto, es una de las imágenes que más recordamos.
Nuestro alojamiento, Al Hussein Hostel Aqaba, estaba bastante desolado. Nos cobraron menos del precio de la reserva, pero aún así, fuera de temporada no lo recomendamos porque no tiene absolutamente nada.
Sin embargo, andando unos 10', junto a la playa, se encuentra el centro de visitantes, y hacia la izquierda de nuestro hotel, tambien a 10', una zona con hoteles modestos pero con encanto hechos para turistas, eso sí, nada colapsado, suponemos por las fechas que eran.
En Bedouin Garden Village se desvivieron por nosotros y eso que no éramos sus inquilinos. Sus precios eran muy asequibles, comíamos por unos 10-12€ dos personas (tabbouleh, fattoush, hummus...), tomábamos el famoso café jordano, negro y arenoso...
Comimos y cenamos allí los dos días que pasamos en Aqaba, nos alquilaron el equipo de snorkel por 5€ cada uno, nos invitaron a sus fiestas, a su piscina, nos buscaron transporte a Wadi Rum...
Aqaba es como el típico lugar de costa española fuera de temporada, eso sí, con unas aguas cristalinas increíbles que te permiten bucear y encontrarte de lleno, a escasos metros de la orilla, con peces de colores y corales que rozas si no tienes cuidado. Y tenlo, porque 15 días después yo seguía dale que te pego echándome cremas para acabar con el escozor!
Allí todo el mundo es amigo tuyo desde el minuto cero, y sin ninguna pretensión. Aunque días más tarde descubrimos que eso es así en toda Jordania. Todos ayudan y todos preguntan y charlan, todos quieren saber cómo se vive en Europa y todos nos admiran.
Aqaba no es un lugar fantástico con mil cosas para hacer o visitar, sin embargo es ideal para desconectar. Fue una bienvenida increíble que hizo enamorarnos sin duda de los jordanos.
Hoy, un año y medio después, nos queda charlar con Roni de vez en cuando por facebook, un camarero de Bangladesh a quien conocimos allí, y a quien nos hubiéramos traído con nosotros a España!
Volveremos!
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